En la época de Luis XIV, el Tokay o «Tokaji» era el vino más consumido en Europa, muy apreciado por sus propiedades medicinales, por su aroma rico y su carácter refrescante.Los vinos de Tokay han sido legendarios por más de 400 años. La historia relata cómo se elaboró por vez primera en 1650, por el bodeguero de la familia Rakoczi en su viñedo llamado Oremus en Sárospatak, hoy propiedad de Vega Sicilia. Los Tokay han sido los primeros vinos de los que haya constancia de haber sido elaborados a partir de uvas afectadas por podredumbre noble, “botrytis cinerea”, un siglo antes que en el Rhin y unos dos siglos antes que en Sauternes.
Los Tokay fueron, con mucho, los mejores vinos de los Ausburgo. Los Emperadores se apropiaron de los mejores viñedos, de la misma forma que los Duques de Borgoña, con la intención de agasajar a monarcas extranjeros.
Algo muy especial ha de tener este vino para que cuando en 1703 el Príncipe Rakóczi de Transilvania lo ofreció a Luis XIV, el Rey Sol, éste acuñase la frase de “El vino de los reyes, el rey de los vinos” para referirse a él. Incluso para que Catalina y Pedro el Grande, auténticos adictos al Tokay destacaran una comisión de cosacos para escoltar y asegurar su suministro a San Petesburgo.
Hoy en día sigue siendo un vino notable por la originalidad de la elaboración. Su potencial de envejecimiento es sorprendente: al igual que ciertos rieslings de la región del Mosela (Alemania), las buenas añadas pueden envejecer más de cien años.
Los viñedos de la cepas furmint y harsvelelü, utilizadas para la elaboración del tokay, están plantados en Hungría y en el este de Eslovaquia, no lejos de la frontera rusa, sobre un suelo de naturaleza volcánica. Dominan el valle de Bodrog, cuyas brumas otoñales provocan la podredumbre noble o Botrytis cinerea.
La Elaboración del Tokay
En general, la vendimia transcurre a principios de noviembre, a fin de cosechar las uvas afectadas de podredumbre noble, endulzadas y concentradas por la acción de la Botrytis. Las bayas se depositan en un “putton” (en plural, “puttonyos”), un cesto que puede contener cerca de 25 Kg de fruta.
La característica principal en el proceso de elaboración del Tokay es que la uva no se vinifica inmediatamente. Las uvas son prensadas de forma artesanal hasta obtener una pasta. A 136 litros de vino nuevo, blanco seco, se le agrega entre 3 y 6 cestas "puttonyos" de uva prensada. Esta mezcla de vino y de uva botrytizada se deja en maceración, lo que produce una fermentación alcohólica. Una parte del azúcar de la uva se transforma en alcohol, aumentando la tasa de alcohol hasta el 14 %, mientras que la mezcla gana en concentración aromática. A mayor cantidad de "puttonyos", mayor será la concentración de azúcar.
Se mide la riqueza del vino por el número de “puttonyos” vertidos en la barrica de vinificación. En los mejores años, se llega a añadir más de seis puttonyos para elaborar un tokay de excepción que se llama “aszú esencia”.
Tras una segunda fermentación, que puede durar varios meses, el vino se deja envejecer en barricas pequeñas, en túneles subterráneos y húmedos. Se favorece cierta exposición al aire, lo que confiere a los vinos de Tokay su riqueza y su incomparable buqué.
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